La Peña Fosforito se convirtió en el escenario de un emotivo homenaje a una de las expresiones más profundas y tradicionales del sentimiento religioso y cultural andaluz: la saeta. Este canto, que se eleva durante la Semana Santa como una oración ardiente y desgarradora, fue exaltado en un evento que no solo honró su esencia espiritual sino también su rica diversidad estilística.
La noche comenzó con las palabras de nuestro socio Manolo Baena, quien no solo fungió como anfitrión sino también como un verdadero exaltador de la saeta. Su discurso, sirvió como un preámbulo perfecto para lo que sería una noche llena de emoción y arte. Manolo, con su profunda conexión y entendimiento de esta tradición, logró envolver a todos en una atmósfera de introspección y respeto por el canto que es, en sí mismo, una plegaria.
El evento se enriqueció con la aportación poética de Pedro Camacho, demostrando una vez más cómo diferentes formas de expresión pueden converger en la exaltación de la fe y la cultura. Su participación añadió una capa de profundidad a la velada, recordándonos el valor de las palabras y su poder cuando se emiten desde el corazón.
Fueron además los saeteros y saeteras quienes, con sus voces cargadas de emoción, llevaron el evento a su clímax. Cada uno, con su estilo único, ofreció una interpretación que no solo demostró la versatilidad de la saeta sino también el profundo sentir de sus ejecutantes. Desde las variantes más tradicionales hasta adaptaciones contemporáneas.